Ya por la mañana decidimos preguntar en el refugio de animales si alguien había encontrado a Feli y la había entregado. A mediodía recibimos una llamada de Kira que, entre lágrimas, nos informaba de que el domingo a mediodía ya se había entregado una gata en el refugio de animales de Dillingen, menos de tres horas después de que hubiera desaparecido, atropellada por un coche, abandonada allí, ¡muerta! Probablemente un residente la había entregado.
El motivo por el que Feli fue atropellada por un coche a más de un kilómetro y medio de su casa sigue siendo incomprensible para nosotros, totalmente atípico, aunque fuera una "gata de exterior".
La descripción del teléfono nos dio un mal presentimiento, alguien tenía que acceder a identificar al gato, cosa nada fácil, eso ya estaba claro de antemano, el gato fue golpeado en la cabeza.
El trabajo me tocó a mí y tuve que ir con ellos a la "morgue", donde los animales fallecidos esperaban en bolsas de plástico en varios congeladores (!) para ser recogidos o "eliminados".
Mientras las tres señoras de fuera daban rienda suelta a sus lágrimas, yo tenía que buscar los rasgos típicos de Feli, el trozo de oreja que le faltaba, la mancha blanca de la pata trasera izquierda, el pecho blanco... bastante difícil con el cuerpo rígido y congelado. Yo estaba seguro: "¡Ese es nuestro gato, ese es Feli!", pero al final Silvia también quiso convencerse.
Bueno, para acortar la historia, nos llevamos a Feli con nosotros y así encontró un lugar tranquilo en su sitio favorito en el exterior.
¡R.I.P. Feli!