Ahora que Feli lleva un tiempo con nosotros, maduró la idea de que podría tener sentido no dejarla sola con nosotros. Por un lado estaba el pensamiento de que necesitaba una "compañera de juegos", pero por otro lado estaba el temor de que por su edad ya no lo fuera y no quisiéramos una sustituta, sino una gata ya integrada.
Y así, Sammy vino a nosotros. Las chicas habían oído entre sus conocidos que alguien tenía gatitos para regalar, así que aprovecharon la oportunidad.