En realidad, Veere debía ser lo más destacado del día de hoy, dos laboratorios, un poco de pesca incidental y una hermosa ciudad. Pero ni mucho menos.
No sé si la fama de su ciudad o el alcohol o lo que sea se les ha subido a la cabeza, algo debe haber maltratado el cerebro de los responsables de la ciudad. Nada más llegar, estaba claro que no nos íbamos a quedar aquí mucho tiempo.
Había elegido una bonita y amplia plaza de aparcamiento, no muy lejos de la ciudad, y entonces mis ojos inflamados tuvieron que mirar varias veces la máquina expendedora de billetes.
Estar aquí bajo el sol de Brazzo debe costar unos horrendos 5,20€ por hora, ¡una locura! Estaba a punto de seguir adelante, cuando una persona se me acercó y me preguntó si quería su billete restante, ya que había pagado demasiado. Y así llegamos a Veere con dos coches por el precio de uno.
En la cafetería seguimos directamente, 4€ por el café - no te regalas nada más.
Paramos rápidamente para tomar dos refrescos más -es todo el dinero que nos quedaba- y nos pusimos en marcha. ¡Increíble!