Así, desde el domingo pasado Feli no aparece, un comportamiento totalmente inusual. No ha venido a comer ni a relajarse en los últimos días.
Supongo que no queda más remedio que iniciar una búsqueda colocando carteles de búsqueda en la zona. Recorríamos la casa y las calles varias veces al día, siempre acompañados por el temor de verla tirada en algún lugar. Nada, ni rastro de Feli.
Así que buscamos una foto bonita, redactamos un texto apropiado y las chicas llenaron medio barrio con los avisos de búsqueda.